Capítulos: 5,6,7 y 8

Capitulo 5: la llamada a lista y las selecciones

En este capitulo Olga nos relata la organización en la que constaba el pase de lista, nos cuenta que había 2 llamadas que era una al amanecer y otra aproximadamente a las 3 de la tarde, se debían presentar en el centro del campo y hay esperaban horas de pie y las que eran castigadas debían estar arrodilladas en el lodo.

Cuando el clima era frió  unas con otras se frotaban para quitárselo y aun así debían mantener el orden, de igual forma era en el verano, sin importar el sol. De igual forma los enfermos debían presentarse sin importar que muchos estuvieran a punto de morir. A aquella que no fuera, era castigada y eran escenas catastróficas.

A las llamadas se presentaban las mujeres de la SS asa como médicos y algunos jefes nazis, ellos escogían cierto número de internas con el fin de un posible “traslado”. Se decía que las mujeres de la SS y el doctor Mengele eran los amos del campo, sin embargo inspiraban poca confianza y sus decisiones significaban la liquidación y el exterminio. Los hombres y mujeres condenados a muerte eran llevados hacia la entrada principal, allí los esperaba un camión para trasladarlos a las cámaras de gas, cuando el cupo estaba completo los llevaban a barracas especiales o a los lavaderos donde esperaban horas y hasta a veces días, pera que llegase su turno para las cámaras de gas. Todo esto estaba llevado con exactitud. Además de las formaciones había lo que se llamaban Zahlappels, que se realizaban dentro de las barracas, se mandaban a las mujeres a que se despojasen de sus ropas, luego con los brazos en alto desfilaban, se les hacia subir a un camión completamente desnudas como estaban, y las llevaban a otra parte, todo esto era un espectáculo tan trágico e humillante.

Capitulo 6: El campamento

Cuando terminaba la revisión podían regresar a las Koias o irse a los retretes.
Aquí Olga nos cuenta como estaba dividido el campo, la avenida principal era La lagerstrasse y tenía unos 500 ms. De larga, y de ambos lados 17 barracas con los números pares a la izquierda i los impares a la derecha. La barraca numero 1 era de alimentos, la 2 era la administración. Ahí también se encontraba la casa de la  Lageraelteste, “la soberana sin corona del campo”. Este titulo hacia referencia ala mujer que llevaba ahí más tiempo, aun que no era la decana de las deportadas, los alemanes la habían elegido para desempeñar aquel cargo, con lo cual le dieron la autoridad mas alta sobre las internas, su única restricción era que no se le permitía traspasar las alambradas del campo. Además de reinar como dueña y señora absoluta de las treinta mil mujeres del campo.

De igual forma Olga nos habla de las cocineras quienes eran quienes efectuaban trabajos forzados y gracias a esto tenían sus manos deformadas y con los pies cubiertos de eczemas. Cuando eran culpadas de robo, se les obligaba a correr dentro del campo durante horas, sin descansar y llevando en las manos pesadas piedras. En medio de la cabeza  se les hacia un corte de pelo en forma de banda de un centímetro de ancho. Los alemanes llamaban a esto “deporte”.
De igual forma en este capitulo encontramos imágenes de la sección de gobierno militar de la división viendo los horrores cometidos por los alemanes. Al igual que fotos de cadáveres encontrados.

Capitulo 7: una proposición en auschwitz:

Olga conoció a un hombre apuesto de ojos azules, vestido con un traje de carcelero de rayas que había estado ahí reparando los camastros, este hombre llamo la atención de Olga ya que a pesar del horror del campo sonreía. Se hicieron amigos y un día salió con el y la llevo a donde los trabajadores guisaban su comida en una fogata, su amigo se llamada Tadek, el cual le dio una patata, Tadek le ofreció alimento y hasta ropa.

Un día Olga decidió ir a los lavabos en donde los hombres a veces compartían su alimento con las mujeres, pero al entrar en aquel lugar el aire era irrespirable ya que todos estaban apretujados.

Para Olga no fue fácil ya que al acercarse a un hombre que tomaba sopa de una lata, una mujer se le abalanzo y comenzó a gritarle de cosas al hombre quien días antes había compartido con ella su alimento.
También es aquí donde a Olga se le asigna un lugar en la enfermería, ahí tenia una conocida llamada lilli, ella se había convertido en una visitante regular, Olga gasto su ración de pan para comprar para ella en el mercado negro una medicina muy rara y difícil de conseguir, la medicina era para convatir la sífilis.

Capitulo 8: Soy condenada a Muerte:

Olga nos relata su estado de salud ya que ahora era una mujer esquelética, y era victima de calenturas y ataques de tos. Olga tuvo que cubrir su espalda con un pedazo de tela que le prestaron, a esto se le unió una de sus amigas la cual tenía anginas y se envolvió en la garganta un trozo de tela. Pero debían estar al pendiente de que nadie notara su cambio de ropa ya que la Führerin de notarlo, le podía quitar aquellas prendas que añadieron a su vestimenta, pero Hasse se dio cuenta inmediatamente, las golpeaba cuando quería y además las designo para la “selección” ya que no estaba satisfecha con su venganza, gracias a esto las condenaba a muerte. AL salir les ordenaron quedarse ahí, ya que el camión que las trasladaría a la cámara de gas aun no llegaba.

Algunas de las compañeras de su barraca aun no creían que existían las cámaras de gas, ni la famosa “panadería”. AL esperar el camión las stubendiensts y las internas alemanas se agarraron de las manos, formando alrededor de ellas un círculo. Olga le dijo a su compañera que rompieran aquel cerco y escaparan. Al momento en que Olga Quiso escapar algunas de las seleccionadas comenzó a advertirles a la stubendiensts que querían escapar.

Olga al ver tal situación se percato de un palo que en Auschwitz era símbolo de poder y autoridad, así que decidió mezclarse en otro grupo, y comenzó a ayudar a las encargadas de los peroles de sopa, y así fue de barraca en barraca hasta llegar a la suya. Su amiga Magda Hizo lo mismo pero desapareció en otro bloque. Olga se cambio de ropa con otra deportada y se escondió en su Koia.

Su cambio de ropa dio sospechas, al día siguiente cambio sus botas por un par de zapatos y aunque eran ambos de pies izquierdos, estaba rotos de las suelas y hechos trizas, seguía viva.